El lince ibérico Lynx pardinus
se encuentra desde 1990 incluido en la categoría
“En Peligro de Extinción” del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
En Castilla-La Mancha
la especie está incluida en
el Catálogo Regional de Especies Amenazadas
en la categoría “En Peligro de Extinción”.
descargar Póster divulgativo: “Plan de recuperación
del lince ibérico (Lynx pardinus)
en Castilla-La Mancha.
 
Especies Objetivo
Lince ibérico Lynx pardinus (Temminck, 1827)
Taxonomía
Orden Carnivora, familia Felidae. Especie monotípica (no presenta subespecies) perteneciente al género Lynx.

Existen otras 3 especies de linces, todas ellas en el Hemisferio Norte. En América, habitan Lynx rufus (lince rojo) y Lynx canadensis (lince canadiense). En Europa -además del lince ibérico- habita la tercera de ellas, el lince boreal o eurasiático Lynx lynx.

Descripción
Felino de tamaño mediano, de algo menos de un metro de longitud, cuyos machos alcanzan de media los 15 kg de peso, mientras las hembras se sitúan alrededor de los 8,5 kg. Aspecto inconfundible, con cuerpo estilizado, patas largas y cola muy corta, con el extremo de color negro. Orejas grandes y puntiagudas rematadas por un pincel negro. Cara con pelos largos a ambos lados formando unas densas patillas, mayores en los ejemplares adultos. Su pelaje es moteado, con manchas negras sobre fondo leonado, presentando cada individuo un diseño único en el tamaño, forma y distribución de las manchas.

Las huellas -redondeadas, típicas de felino- presentan cuatro almohadillas digitales en forma de arco, sin marcas de uñas, claramente separadas de la almohadilla principal, de forma trilobulada. Los excrementos son cilíndricos, grandes y de color oscuro, si bien la coloración depende de muchos factores, como su contenido -casi siempre pelo y huesos de conejo-, el tiempo que lleven depositados, las condiciones meteorológicas o el efecto de microorganismos e insectos.

Biología
El lince es un carnívoro con marcado sentido territorial, que no tolera la presencia en su territorio de individuos de su misma especie y sexo ni de otras especies de predadores, aunque sí suelen solaparse las áreas ocupadas por machos y hembras. El tamaño de los territorios de los machos oscila entre unas 1.000 y 1.700 ha y el de las hembras entre unas 500 y 1.200 ha, aunque la superficie ocupada depende en gran medida de la abundancia de conejo. Su actividad es principalmente crepuscular o nocturna, cazando a sus presas al rececho, normalmente en solitario. Predador especializado en la captura de conejos Oryctolagus cuniculus, que representan el 80-90% de sus presas para el global de las localidades en que se ha estudiado. Completa su dieta con micromamíferos, aves y ungulados (hembras y crías). En su calidad de superdepredador, el lince ibérico captura o expulsa de su territorio a otros carnívoros tales como zorros Vulpes vulpes y meloncillos Herpestes ichneumon reduciendo sus poblaciones y favoreciendo las de sus presas comunes, fundamentalmente el conejo.

El celo tiene lugar de enero a febrero, y la gestación dura de sesenta a setenta días. Los partos acontecen de marzo a abril, en lugares inaccesibles y ocultos tales como berrocales, riscos, oquedades de grandes árboles o zonas de vegetación densa. El tamaño de camada varía de uno a cuatro cachorros. El período de lactancia exclusiva dura unas pocas semanas; a partir de los tres o cuatro meses las crías comienzan a salir acompañando a la madre. La dispersión definitiva de los jóvenes ocurre entre el primer y el segundo año de vida; la duración y distancia de estos movimientos de dispersión están condicionados por la disponibilidad de alimento y de refugio así como por la presencia de otros linces. Durante este período la mortalidad de los individuos dispersantes es muy elevada.

El lince ibérico no tiene depredadores naturales importantes.

Hábitat
Habita en áreas de monte mediterráneo bien conservado y con escasa presencia humana. Además de la existencia de puntos o cursos de agua en el interior de sus áreas de campeo, necesita de zonas con abundante vegetación, riscos y roquedos, donde encuentra refugio. Para cazar deben existir otras áreas adyacentes a la descrita más despejadas, preferiblemente con pastos, que puedan mantener poblaciones importantes de conejos. La densidad mínima necesaria para sustentar una población reproductora de lince ibérico es de 1 conejo/ha en otoño y 4-5 conejos/ha a finales de primavera.

Distribución
El lince ibérico es un endemismo ibérico. Históricamente ocupaba toda la Península Ibérica, pero su área de distribución ha ido fragmentándose y retrayéndose de manera continuada hasta el momento actual.

Las últimas poblaciones situadas al norte del Sistema Central, en el Sistema Ibérico, el arco mediterráneo y las sierras Subbéticas se extinguieron durante la primera mitad del siglo XX. En 1988 la especie se distribuía por puntos de ambas Castillas, Madrid, Extremadura y Andalucía. En la actualidad existen en Andalucía dos núcleos reproductores, Doñana y la Sierra de Andújar-Cardeña, siendo este último el más importante. En Castilla-La Mancha se ha podido constatar recientemente la presencia y reproducción de la especie en el área de Sierra Morena. Asimismo, en esta zona y en otros puntos de la región -Montes de Toledo y Sierra de Guadalmena principalmente- se han recolectado en los últimos años algunos excrementos de lince ibérico pertenecientes a diferentes individuos.

Distribución de las cuadriculas 10X10 UTM con presencia reciente de lince ibérico determinada a través de análisis genético de excrementos (a partir de Alda et al 2008) Se representa conjuntamente con las LIC de Castilla-La Mancha.


Población
Esta especie viene sufriendo un continuo proceso de disminución de sus poblaciones. En el siglo XVII estaba presente en gran parte de la Península Ibérica; en 1988 la población se estimó en 1.000-1.200 individuos, con una distribución muy fragmentada en 48 localidades del Sistema Central, sierras extremeñas, Montes de Toledo, Sierra Morena y Doñana. En 1998 se estimó una población en España de unos 600 individuos, la inmensa mayoría de ellos en la Sierra de Andújar y en Doñana. La población en 2008, prácticamente reducida a Andalucía, se estimó en unos 200 individuos, unos 150 ejemplares en Sierra Morena y los restantes 50 en Doñana y su entorno.

En Castilla-La Mancha la población se estimó en 1988 en unos 415 individuos. Tanto su área de distribución como sus efectivos continuaron descendiendo desde entonces. En 1995 se estimaron entre 136 y 180 individuos; en 1997 esta estimación había descendido a entre 90 y 120 ejemplares, distribuidos fundamentalmente por los Montes de Toledo (Sierra de Calderina y del Castañar), Montes del Guadiana, Sierra Madrona y Sierra Relumbrar. No obstante, aunque el seguimiento realizado en estas fechas mostraba un claro declive y contracción del área de distribución de la especie en Castilla-La Mancha, debido a que estos estudios se realizaron mediante la recopilación de avistamientos, citas e indicios, la población real en ese periodo debió de ser mucho menor. Esto se demostró en el censo diagnóstico realizado en el periodo 2000-2002 que sólo localizó una cuadricula en Montes de Toledo con presencia contrastada mediante análisis de genético de excrementos. Estudios posteriores más intensivos, siguiendo esta última metodología, mostraron la presencia de la especie en algunas cuadrículas más en Montes de Toledo, río Guadalmez, Sierra Morena y Sierra del Relumbrar. Por fin en el año 2007 se ha podido constatar la reproducción de la especie en una única localidad en el área de Sierra Morena occidental, en la provincia de Ciudad Real. En diciembre de 2009 muere atropellada una hembra adulta de lince ibérico en el sector central de Sierra Morena en la provincia de Ciudad Real.

Conservación
Como se deduce de los escasos individuos con presencia constatada en la región, la situación del lince en Castilla-La Mancha es crítica. Son muchas las causas que han llevado a esta especie al borde de la extinción, hasta el punto de ser considerado en la actualidad el felino más amenazado del mundo.

Por un lado, el lince ha estado históricamente sometido a una intensa persecución y caza ilegal con métodos no selectivos, tales como lazos y cepos. Por otro, la intensificación de la actividad cinegética en las fincas de caza mayor -especialmente en las dos últimas décadas-, ha modificado profundamente el medio natural, deteriorando la calidad del hábitat para el lince. Este aprovechamiento ha pasado a basarse en el mantenimiento artificial de altas densidades de reses cazables, en especial ciervos Cervus elaphus y jabalíes Sus scrofa, generalmente mediante vallados perimetrales y alimentación suplementaria, hasta alcanzarse en estos recintos capacidades de carga muy superiores a las naturales. Esta intensificación y desnaturalización del medio ha modificado la vegetación -en general de manera negativa-, y ha alterado la composición faunística presente, afectando de manera muy negativa a las poblaciones de conejos.

De manera añadida, estas poblaciones de conejos, base trófica del lince, han sufrido una drástica debilitación como consecuencia de otros factores. Debemos destacar la afección virulenta de enfermedades como la mixomatosis y la enfermedad hemorrágico-vírica, así como la degradación generalizada de su hábitat, unas veces por destrucción directa, otras por la fragmentación derivada de infraestructuras, construcciones hidráulicas, modificación de la cubierta vegetal e intensificación de la actividad agraria, ganadera y selvícola.

En los últimos años, los atropellos han pasado a constituir la principal causa de mortalidad no natural de la especie.

Todos estos factores han reducido y fragmentado las poblaciones de lince ibérico, provocando la desaparición de muchas de ellas, y reduciendo drásticamente el número total de individuos. Como consecuencia, también se han visto afectadas la estabilidad y viabilidad de los mejores núcleos que aún perviven, en especial el enclave de Doñana y en menor medida el de la Sierra de Andújar-Cardeña. Este último se ha convertido en la práctica en la principal reserva para la conservación de la especie, dando muestras en los últimos años de una esperanzadora recuperación en sus efectivos.

En cuanto a las acciones desarrolladas recientemente para la conservación de la especie, estas se han basado en la protección y recuperación de su hábitat, la eliminación de los métodos no selectivos de control de predadores y la recuperación de las poblaciones de conejos, tanto en fincas públicas como en propiedades privadas.

Por otro lado, los buenos resultados del programa de cría en cautividad desarrollado en Andalucía, van a permitir tanto la cesión de ejemplares a los nuevos centros de cría de Portugal, Extremadura y Castilla-La Mancha, como la ejecución de las primeras reintroducciones de la especie en la comunidad andaluza con ejemplares procedentes de dicho programa.

Estatus legal
El lince ibérico Lynx pardinus se encuentra desde 1990 incluido en la categoría “En Peligro de Extinción” del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (Real Decreto 439/1990, de 30 de marzo).

En Castilla-La Mancha la especie está incluida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas en la categoría “En Peligro de Extinción” (Decreto 33/1998, de 5 de mayo). En septiembre de 2003 se aprueba el Plan de recuperación del lince ibérico y se declaran zonas sensibles las áreas críticas para la supervivencia de la especie en Castilla-La Mancha (Decreto 276/2003, de 9 de septiembre).
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Bibliografía
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